El nacimiento es un momento de transformación tanto para el bebé como para la madre. Según el Dr. Nils Bergman, los mil primeros minutos (aprox 16 horas) después del parto son una ventana crucial para la adaptación del recién nacido y la consolidación del vínculo afectivo.
Actualmente, la atención materna y neonatal en Occidente se basa en gran medida en la separación rutinaria de la madre y el recién nacido. No existe una justificación científica para esta práctica y ahora existe evidencia que respalda la importancia de la No Separación entre madre y recién nacido.
Para el bebé, promover la No Separación se fundamenta en la necesidad de recibir estímulos sensoriales maternos, los cuales regulan su fisiología. La separación provoca efectos perjudiciales, como desregulación y cambios epigenéticos que pueden tener consecuencias a largo plazo.
El contacto piel con piel es lo contrario a esta separación; el cuerpo de la madre es el lugar biológicamente normal para el cuidado del recién nacido, favoreciendo mejores resultados tanto en bebés sanos a término como en los prematuros más pequeños.
En la madre, la No Separación también activa procesos neuronales esenciales para mejorar su adaptación reproductiva, incluyendo cambios en el comportamiento (por ejemplo, el fortalecimiento del vínculo y el instinto de protección), así como una mejor lactancia, todo lo cual se ve favorecido con el contacto continuo con su bebé.
Por lo tanto, la No Separación entre madre y recién nacido debe ser mantenida a toda costa dentro de los servicios de salud.
¿Por qué son tan importantes estos minutos?
Durante este período, el bebé experimenta una serie de transiciones fisiológicas y emocionales clave:
¿Cómo podemos aprovechar estos mil minutos?
Iniciar el contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento, sin interrupciones innecesarias.
Permitir que el bebé permanezca sobre el pecho de su mamá el mayor tiempo posible.
Evitar la separación madre-bebé a menos que haya una razón médica importante.
Crear un ambiente tranquilo, con poca luz y ruido, para favorecer la adaptación del bebé.
La ciencia ha demostrado que estos primeros momentos impactan profundamente la vida del bebé. Proteger el contacto ininterrumpido con la madre desde el nacimiento es una inversión en salud física y emocional a largo plazo.
El nacimiento es un evento transformador, y darles a los bebés este tiempo de adaptación les ayuda a sentirse seguros y a comenzar su vida con confianza.
Referencias bibliográficas: PubMed. The neuroscience of birth--and the case for Zero Separation. Nils J Bergman
Estefania Salinas - Puericultora